Un reto para la continuidad de Grupos Empresariales Familiares
Una de las causas prevalentes que influyen negativamente en la continuidad de los Grupos Empresariales Familiares es la deficiente formación de los hijos de los accionistas, ejecutivos o no, que serán los propietarios del mañana.
Conforme las Familias Empresarias crecen y traspasan la propiedad de sus Empresas de generación en generación, es frecuente encontrarse con diferentes tipologías de miembros de la Familia que intervienen en la Gestión Operativa y/o en el Gobierno Corporativo (Consejo de Administración y Consejo de Familia) de las mismas, a saber:
- CON amplia experiencia empresarial y CON buena formación académica.
- SIN experiencia empresarial externa relevante pero CON adecuada formación.
- CON amplia experiencia empresarial y SIN formación académica.
- SIN formación académica relevante y SIN experiencia empresarial reseñable.
Una de las principales responsabilidades de los miembros de una Familia Empresaria a partir de la 2ª Generación es hacer crecer sus Empresas, generando beneficios para reinvertir y repartir entre los accionistas. Para lograr este objetivo es preciso desempeñar un rol de accionista responsable que aporte valor.
La tipología ‘SIN SIN’ representa uno de los perfiles con un hándicap más acusado a la hora de participar de forma activa en el Gobierno Corporativo de la Familia Empresaria y aportar valor tanto desde el Consejo de Administración como desde el Consejo de Familia.
En la interacción diaria con Familias Empresarias es frecuente encontrarse con miembros de las mismas que responden a los siguientes perfiles contenidos en la tipología ‘SIN SIN’ mencionada:
- Jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años de edad, incorporados al trabajo en el Grupo Empresarial Familiar y sin formación académica de ningún tipo.
- Jóvenes de edades comprendidas entre los 25 y los 32 años de edad, no incorporados al trabajo y con formaciones académicas muy alejadas del ámbito empresarial (e.g.: Medicina, Bellas Artes, Carrera Militar, otras).
Al mismo tiempo que estos grupos de estudio presentan déficits relacionados con su falta de formación empresarial, presentan una ventaja maravillosa:
Hay tiempo suficiente para trabajar con ellos, formarlos, ‘coachearlos’, empoderarlos y lograr convertirlos en accionistas responsables, custodios del legado empresarial familiar.
Construyendo el Futuro
Las generaciones actuales de las Familias Empresarias tienen la responsabilidad de formar a sus Nuevas Generaciones con el fin de asegurar un Buen Gobierno Corporativo de sus Empresas, independientemente de la formación académica específica de cada miembro de la Familia.
De esta forma se estará garantizando una correcta toma de decisiones en el futuro y un buen entendimiento entre los Accionistas en cuestiones relacionadas con la Empresa y con la Familia, consecuentemente una buena armonía familiar, clave para la supervivencia de los Grupos Empresariales Familiares.
Es imprescindible dedicarle tiempo y esfuerzo conforme la generación propietaria vigente se va haciendo mayor.
Una comunicación asertiva, abierta, sincera y leal, acerca de las carencias formativas de los futuros accionistas de la Familia Empresaria es la mejor forma de conseguir hacer compatible la Familia y la Empresa y por tanto prevenir posibles conflictos futuros.